sábado, 21 de enero de 2017

Casi prefiero olvidarte

Sueño contigo, qué más da. 
Al final sólo serás un recuerdo.
Y prefiero que seas uno bonito, 
que feos ya tuvimos suficientes.

Y tú me recordarás, espero. 
No importa cómo ni cuándo,
porque tuve el placer de estar,
y ser. Y se(d) de más.

Ya ves, me acuerdo de ti
cuando menos quiero hacerlo.
Pero, por algún motivo,
aunque no estás
te mantengo.

Sueño contigo, qué más da.
Porque los sueños, son sueños.
Y la realidad, que ya no estás.

martes, 13 de septiembre de 2016

El principio de los finales

De repente, sé que te vas a marchar.
Y me pregunto si esto es no sentirse sola.
Miedo a perder, porque nunca he sabido lo que significaba ganar. 
Hasta ahora.

Y sufro por pensar que sin haber llegado, te marchas.
Sin haber querido, te quiero. 
Y me pregunto si esto es no sentirse sola. 
Saber que no estás, y esperarte.

miércoles, 13 de julio de 2016

Para S

No somos aquello enseñado,
somos lo que creemos merecer.
No estamos locos,
cuerdos demás.
Y para ser, lo mejor, es dejar de ser
aquello que nos impusieron.
Y aquello que pretendemos.

Y tú, amiga, tienes que ser y no ser.
Porque nosotros no elegimos quién somos
pero sí cómo somos.
Y quien te quiere, lo hará eterno.
Con tus tristezas y alegrías.
Con lo bueno y lo malo.
Porque lo bueno, contigo,
dos veces bueno.

Y sólo el que cava encuentra
en un corazón tan pequeño
pero que tanto cabe.
Y solo el que quiere ve
sin necesidad de gafas o espejos.
Y solo el que quiere te gana.
Y le dejas ganar, 
porque quererte
es muy fácil

martes, 12 de julio de 2016

Mirar y no ver

Rozó con la yema de los dedos su reflejo, y no se reconoció. No era así como él se veía, como se imaginaba. Rechazó su imagen con un gesto de desprecio y fue en busca de más espejos, pero todos mostraban imágenes semejantes: facciones redondeadas, hombros anchos, grandes ojos, abdomen voluminoso...
Se mantuvo firme unos instantes, y con pasos rápidos se dirigió a la terraza, donde su padre guardaba la caja de herramientas. Se decidió por el martillo, y minutos después, la casa estalló en cristales, diversos tipos de cristales rotos. 
«Ya no hay reflejos, ahora ya soy como quiero ser».

domingo, 5 de junio de 2016

Menos heridas y más cicatrices

No sabes que son esas cicatrices que odias las mismas que te hicieron más fuerte. 
Y crees que son feas, mas todo luchador tiene marcas de guerra.
Te acertaron en el pecho, dejando una estela de odio hacia todo lo que eres y crees ser.
No aprecias que todo lo que vales triplica a tus señales, y estás único recuerdo de un pasado que ganaste.
Porque ganar no significa salir ileso, sino lucir con orgullo tus heridas.
Si pudiese ser parte de esa batalla, besaría tus  huellas con arrojo. Y mis labios quedarían extasiados por rozar un pecho que tanto llena y tanto alberga.